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Nueva York.- Como si hubiese sabido que el tiempo se acababa, Kurt Vonnegut aprovechó el año pasado para expresar todos sus pensamientos. En su libro "Un hombre sin patria", este escritor de culto estadounidense atacó todo lo que consideraba criticable, como si quisiera que sus palabras no se olvidaran: la Casa Blanca, la guerra de Irak y la contaminación del planeta.
Ahora ha llegado la hora de Vonnegut. El escritor, de origen alemán, murió en la noche del miércoles en Nueva York a la edad de 84 años como consecuencia de lesiones cerebrales sufridas durante una caída reciente, según informó el "New York Times" en base a las informaciones de un buen amigo del artista, resñadas por DPA.
"Lo último que hubiese deseado es estar vivo cuando las tres personas más poderosas del planeta se llamaran Bush, Dick y Colin", afirmó el escritor en su último libro en alusión al presidente, vicepresidente y el ex secretario de Estado norteamericanos.
Con su bestseller "Matadero 5: La cruzada de los niños", Vonnegut ya abordó en los años 60 uno de los capítulos más oscuros de la historia de Estados Unidos, en una obra que se convirtió en la Biblia de todos los opositores a la guerra de Vietnam.
Ningún otro libro -salvo por "El guardián entre el centeno" de Salinger, y "En el camino", de Kerouac- fascinó de tal manera a amplios sectores de la juventud estadounidense. "Cuando leí 'Slaughterhouse-Five' de Vonnegut -recuerda la crítica literaria Valerie Sayers del 'New York Times'- me pareció que desaparecía el suelo bajo mis pies".
Muchos manifestantes contra la guerra de Vietnam llevaban la edición de bolsillo a las protestas, y algunos de los objetores de conciencia, que por aquel entonces eran duramente castigados, se sabían párrafos enteros de memoria.
"Matadero 5" no trata en absoluto de Vietnam, pero sí de otra guerra. Vonnegut, que a fines de 1944 cayó prisionero de los alemanes en las Ardenas siendo infanterista del Ejército estadounidense, elaboró en el libro el bombardeo por parte de su país y de Gran Bretaña de la población civil de Dresde.
Como prisionero de guerra en el país de sus ancestros, se le ordenó ayudar en la recuperación de cadáveres de las casas destruidas. Lo que escribe en su obra de 1969 fue entendido como un mensaje contra toda guerra y sobre todo contra la que en ese momento se libraba en Vietnam.
Sin embargo, ello no explica el éxito de Vonnegut sobre todo entre estudiantes y adolescentes. Lo que encantó a la juventud fue, más allá de la propuesta pacifista, su estilo original, que recordaba al arte pop. Esta particularidad se encuentra en todas sus 14 novelas, desde "Sirenas de Titán" (1959) a "Desayuno de campeones" (1973) o "Timequake" (1997).
Vonnegut siempre mezcló citas con frases sin terminar, elementos narrativos con documentales, textos de canciones, chistes inocentes y de mal gusto, así como muchas escenas de sexo, todo ello condimentado con un cinismo que dejaba al lector sin aliento.
Gracias al libro sobre Dresde, dijo cierta vez, él pertenecía al grupo que se había enriquecido con el bombardeo. Si se parte de un cálculo de 135.000 muertos, serían unos "cinco a diez dólares por cabeza", aseguró perfeccionando su método de crear situaciones chocantes para llamar la atención sobre la locura cotidiana. Con su estilo particular se convirtió en un caso excepcional de la literatura.
Los críticos académicos elogiaron los experimentos de Vonnegut como rompedores, pero pese a esta experimentación logró llegar al gran público, sobre todo los jóvenes. Quizás por ello sus obras -a diferencia de las reglas comunes de mercado- salían a la venta primero en edición de bolsillo y sólo después en las de mayor calidad, algo con lo que el escritor también provocó a muchos.
Su obra tampoco entusiasmó a las feministas, con frases como: "Ninguna mujer hermosa puede acreditar más allá de cierto tiempo las expectativas que se ponen sobre ella por su apariencia".
Pero realmente odiado fue Vonnegut por los representantes del gobierno de Nixon, contra cuya guerra el escritor contribuyó a agitar a los estudiantes con encendidos discursos.
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