miércoles, 22 de octubre de 2008

Mas vale precaver, que tener que lamentar.

Por Ana Pereyra    

 Mas vale precaver, que tener que lamentar, ese refrán le cae como anillo al dedo a los conductores de las rutas New York, Passaic, Paterson y Clifton, los pasajeros van con el  alma en un hilo, debido a la forma tan temeraria e irresponsables con que  sus chóferes conducen .

 A donde deberíamos de dirigir nuestras quejas, porque cuando se le hace algún reclamo por su forma de conducir y en algunas ocasiones se les amenaza con llamar a la compañía de autobuses a la que pertenecen, ellos con gran desafío, dicen no importarles los reclamos.

Van por toda la carretera como alma que lleva el Diablo. En vez de personas, parecen que  llevan reses. Nunca sueltan un telefono celular, manejan sobre  el limite de velocidad; y lo que es peor siempre  compiten a quien llega primero.

No sabemos si sus honorarios son por pasajeros, por orden de llegada, lo que si sabemos es que su forma agresiva de conducir, hace pensar que en cualquier momento podría suceder una desgracia.

Se creen los dueños de la calle. Creemos que los ejecutivos, deberían  poner un paro a esta situación, antes de que suceda un accidente con consecuencias fatales.

Juegan  con la  vida  y el tiempo de los usuarios. Son extremistas. En ocasiones, sobrepasan el limite de velocidad, llegan antes de tiempo a  determinadas paradas, y los pasajeros tienen que “dotarse’’ de paciencia y esperar que ellos se marchen  cuando juzguen necesario, sin importar que los que pagan por un servicio lleguen tarde a  sus centros de trabajos o su destino final.

Los usuarios deben  esperar mas de 5 minutos, porque los famosos conductores tienen que llegar a un tiempo determinado, y los pasajeros qué ¿por que ellos si deben llegar retrazado? si  fueran mas organizados y menos peligrosos todos llegarían a tiempo.

Otra queja  es la calidad del servicio, muchos de los autobuses carecen de aire acondicionado, o de calefacción (si los poseen, no los utilizan) y los asientos están en muy malas condiciones.

Otro elemento de descontento es la música tan alta. A la verdad que cuando el pasajero llega a su parada, esta estresado, con dolor de cabeza y deseando no volver a usar dicho transporte.

Es justo y oportuno que tanto las autoridades competentes, como los dueños de las bases de las famosas guaguas voladoras, como popularmente se conocen, por su excesiva velocidad, le pongan un alto a situación. Las desgracian siempre vienen solas.

Estos autobuses han tenido inconvenientes con las autoridades por problemas de seguros y otras regulaciones de transito, es conveniente, que  investiguen otras deficiencias y se corrijan para bienestar tanto de los pasajeros, los chóferes y sus propietarios.

Es urgente que esta situación mejore, porque todos saldrían beneficiados: Los usuarios porque necesitan este medio de transporte, los  chóferes porque ese es su medio de subsistencia y los propietarios  porque viven de su negocio, entonces a unirse  pues para beneficio de todos.

jueves, 16 de octubre de 2008