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El Consejo de Salud Pública de Nueva York aprobó hoy una norma que obliga a las cadenas de comida rápida a detallar claramente las calorías de sus menús a partir del próximo 31 de marzo, una iniciativa única en Estados Unidos con la que la ciudad pretende avanzar en la lucha contra la obesidad.
La norma aprobada hoy es una versión modificada de otra similar que fue rechazada por un juez el pasado septiembre y que incluye las modificaciones que el magistrado exigió para que la regulación pudiera salir adelante.
El texto será de aplicación en cualquier cadena que tenga al menos quince sucursales, lo que suponen cerca del diez por ciento de los 23.000 restaurantes que hay en la ciudad.
Algunas de las cadenas más conocidas, como McDonald's y Burger King, ya aportan información sobre las calorías de sus alimentos, pero no las detallan en los menús que ofrecen a los clientes.
El comisionado de Salud, Thomas Frieden, explicó hoy que con esta iniciativa se pretende que las cadenas de 'fast food' respondan ofreciendo opciones más saludables y apuntó: 'No creo que sigamos viendo los aperitivos de 2.700 calorías que vemos ahora'.
Nueva York es la primera ciudad de Estados Unidos que impone la obligatoriedad de incluir la cantidad de calorías de cada comida en los menús, aunque hay otras ciudades de los estados de California y Washington que estudian iniciativas similares.
'Mostrar claramente la información calórica ayudará a adoptar decisiones más saludables, un paso importante para hacer frente a la epidemia de la obesidad que afecta a millones de personas en la ciudad de Nueva York', explicaron hoy los responsables de la iniciativa en un comunicado.
La ciudad cuenta con unas cifras alarmantes de obesidad que apuntan a que el 56 por ciento de la población sufre problemas de sobrepeso, por lo que esta medida es sólo una de las muchas emprendidas por la administración de Michael Bloomberg encaminadas a reducir esa epidemia.
El pasado diciembre Nueva York se convirtió en el primer municipio norteamericano en obligar a las cadenas de restaurantes a etiquetar sus alimentos con su información nutricional.
La iniciativa más llamativa, sin embargo, fue la de convertir la Gran Manzana en una ciudad sin grasas hidrogenadas.
Después de constatar que al menos 500 de sus habitantes, muy dados a comer fuera de casa, perdían la vida cada año como consecuencia del consumo de esas grasas, el Ayuntamiento prohibió su uso en los restaurantes y prevé que en breve desaparezcan de los supermercados.
En Nueva York los ataques al corazón son la primera causa de mortalidad, muchos de ellos provocados por un cóctel fatal compuesto por obesidad y estrés.
martes, 22 de enero de 2008
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