miércoles, 29 de agosto de 2007

Bye-bye, New York

Servicios Google/Sarai Campo, EiTB24.

Después de 61 días en La Gran Manzana, mi próxima parada es el aeropuerto JF Kenedy con destino Bilbao. En escasas 24 horas, con el cambio de horario y el pertinente jet-lag, estaré en Euskal Herria.
Sarai Campo, periodista.

La verdad es que desde que llegué son muchas las cosas que he vivido. He conocido lugares insólitos como Central Park, La Quinta Avenida, el interminable y multicolor metro, el Moma, el Metropolitan Museum, el Children Museum, el Guggenheim…
Son muchos los lugares, pero sin lugar a duda, me quedo con vosotros. Saber que a diario hay quien lee las cositas que una cuenta sobre la ciudad, saber que hay quien corrige lo que escribes, quien publica tus crónicas… pero sobre todo saber que hay gente capaz de llenar las crónicas es algo increíble.


A la hora de las despedidas la gente llora, se entristece… esta vez yo no. Por supuesto que me da pena dejar la ciudad de los rascacielos, la de las millones de tiendas, museos, restaurantes, bares… por supuesto que me da pena dejar la ciudad del mundo por excelencia y a la gente de aquí, pero lo que me espera hace que las penas enmudezcan.

Hace ya días que cuento casi los minutos que faltan para montar en el avión que tanto he ansiado. Los últimos días he mirado cantidad de veces al cielo, el tráfico aéreo en New York es increíble, y el cruce de aviones imparable y cuál niño de escuela, he echado a volar y me he imaginado en uno de ellos rumbo a Bilbao.

Pero ya ha llegado el momento. Ya me voy y conmigo vienen también las crónicas neoyorquinas. Una página más. A partir de hoy mi ya mítica frase queda en standby, quien sabe si algún día volveré otra vez.

Como comprenderéis no ponerse sentimentalona es difícil en momentos como este, pero no olvidemos que eitb24 es una web de información. Por tanto, os informo de que el calor aquí no persiste y seguimos rondando los 30 grados y teniendo que buscar corrientes de aire para respirar. Veis que hoy también damos algo de información.

Antes de cerrar el chiringuito de Brooklyn, sí que me gustaría agradecer a algunas personas que bueno, al fin y al cabo han hecho posible que esto siga adelante y "New York, New York" sea un fijo en eitb24.

A los compañeros de Zamudio antes y Bilbao, a Itziar Albisu Lehendakari de Eusko Etxea de New York, a Ana por dejar que me instale con todos mis bártulos en Brooklyn, a Gema dueña de Casa Vasca en Newark por la comida de ayer, a Patxi Olabe embajador sin embajada de Euskadi, y a Julen Abio.

A Julen Abio en general por todo. Por dejar visitar su programa en varias ocasiones, porque consiguió que hiciese fotos sin problemas, por la foto con Enrique, por la barbacoa…en general por todo. Por ser el mejor relaciones públicas que puede tener un pueblo. Eskerrik asko a todos por todo.

No serán las crónicas de servidora, pero saber que en la web de Eusko Etxea de New York, podéis tener noticias casi a diario de lo que pasa por aquí, y que siempre hay alguien, en este caso, Julen que contesta a todos los emails y hace que la estancia del visitante sea mucho más agradable.

Y creo que no me dejo a nadie. No he traído ni equipos de satélite, ni operadores de cámara, ni fortachón alguno que me lleve los pesados bultos periodísticos (que no he traído) así que, creo que ya he acabado con el capítulo público de los agradecimientos.

Aunque sea la última, una vez más esto es New York.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No está mal y es de bien nacidas ser agradecidas. Lo he leído con interés y cierto encantamiento.

Aunque, es verdad, un encanto un tanto desmayado después de verte en el autobús con los pies sobre la barra de protección frente al asiento. Sentada con desdén y desprecio hacia quienes tenías al lado y no les quedaba más remedio que escucharte lo que hablabas por el móvil. La clase y el estilo ha de llevarse, además, en silencio y puestos por fuera, ceñidos como el vaquero y las botas que exhibías a la galería. Y no solamente en las palabras escritas (muy bien escritas, por cierto) para quienes te conocen personalmente o no, pero que esperan de ti lo que perciben al leer tus artículos.

Está en ti, por supuesto, hacer lo que desees. Pero en los demás también, no lo olvides.

Bihotzez,
Aitite Kipuleta