domingo, 20 de abril de 2008

Crisis económica no frena fiebre de bodas en New York

NUEVA YORK (Reuters) - Rescates de bancos de inversión, ejecuciones hipotecarias y pérdidas de puestos de trabajo han propagado el pesimismo económico por todo Estados Unidos, pero en Nueva York, al menos, hay una industria que todavía está capeando la tormenta: la de las bodas de lujo.

Reunidos este mes en una exposición comercial sobre casamientos, los reposteros, floristas, planificadores de bodas y diseñadores de vestidos dijeron que las novias todavía estaban decididas a disfrutar de su gran día casi sin reparar en los gastos.

Si bien algunas parejas están recortando algunos gastos no esenciales, como por ejemplo tener dos damas de honor en lugar de cuatro, la mayoría de los vendedores presentes en la exposición realizada en Manhattan dijeron que todavía el sector no se había visto afectado por la crisis económica.

"Por ahora, en comparación con el año pasado, diría que este año la gente parece estar gastando lo mismo," dijo Amy Salvini-Swanson, una de las propietarias de Greenwich Letterpress, firma que ofrece invitaciones a precios que van desde 600 a 1.200 dólares por 100 unidades.

Su socia, Beth Salvini, añadió: "La gente se sigue casando durante las recesiones. Es una apuesta segura, la gente sigue necesitando las invitaciones."

Resulta discutible si alguien realmente necesita gastar 10.000 dólares en un entrenador personal que ofrece un paquete de 14 días previo a la boda que también incluye vitaminas, inhibidores del apetito y un brebaje verde oscuro que se parece a un batido de pasto.

David Kirsch admite que "no hay novia cuerda que quiera esperar hasta las últimas dos semanas," pero dice que sus clientes han perdido casi 7 kilos durante el programa de dos semanas. Una famosa clienta tuvo que hacer que le achicaran en vestido dos días antes de la boda.

"Es esencial. ¿Qué es más esencial que tu salud y tu bienestar?" dijo Kirsch.

"Cuando esas puertas se abren y tu estás por caminar hasta el altar con 250 pares de ojos sobre ti, allí está ese momento," afirmó.

Frances Taveras, de 27 años, quien se comprometió hace poco, dijo que la mayoría de los servicios en oferta en la exposición estaban más allá de su presupuesto, de modo que ella estaba simplemente allí para sacar ideas.

"Tengo un presupuesto muy pequeño en mente, de modo que la situación financiera no va a jugar un papel tan importante," contó. "Será una boda conservadora con un presupuesto de 20.000 dólares," dijo.

AUMENTO DE COSTOS

Xochitl González, una planificadora de bodas de Always a Bridesmaid, dijo que estaba viendo que las parejas permanecían comprometidas durante más tiempo dado que les tomaba un poco más ahorrar lo suficiente para la boda, pero que ella todavía tenía muchos interesados en su paquete completo de servicios a 15.000 dólares.

González dijo que su compañía recién acababa de empezar a ofrecer un servicio de asistentes personales para que se encarguen de tareas tales como encontrar un lugar o reservar una habitación de hotel.

"Solo estábamos bromeando cuando dijimos que íbamos a empezar a ofrecer un paquete de bodas 'subprime," dijo González. "Un planificador es un lujo. Somos un lujo necesario en Nueva York pero sigue siendo un servicio de lujo," sostuvo.

Jerry Sibal, cuya compañía Design Fusion realiza decoraciones que pueden costar hasta 500.000 dólares, dijo que la debilidad del dólar y el alza de los precios del petróleo habían aumentado el costo de las flores importadas hasta un 20 por ciento en un año, pero que los neoyorquinos todavía las estaban comprando.

"Cuando estuve en Europa, la gente no gasta porque teme ser criticada," dijo.

"¿Uno pensaría que la gente de Amsterdam gasta mucho en flores, pero no, ellos concentrarían el gasto en un simple ramo. Nueva York es diferente. A la gente le encanta entretener y ser entretenida," afirmó.

La repostera Lauri Ditunno, propietaria de Cake Alchemy, dijo que sus costos también habían subido debido al aumento de los precios de las materias primas que habían encarecido la harina, la manteca y demás ingredientes.

OuLaivanh Jaigla, de Banchet Flowers, dijo que los clientes eran un poco más cuidadosos con su presupuesto, pero que todavía estaban decididos a celebrar con estilo. "Estoy notando que no hay tantas novias como solía haber, así que se gasta menos en los ramos," reveló.

La futura novia Ishviene Arora, de 24 años, quien trabaja en una firma financiera de relaciones públicas, dijo que estaba planeando un casamiento hindú de una semana de duración en Nueva York y que la economía no iba a cambiar sus planes. "Nosotros lo vemos como que 'lo vamos a hacer una sola vez,' así que no se ve realmente afectado por eso," contó.

"A menos que pierdas tu trabajo," agregó Sorubh Chandani, su prometido que trabaja en Wall Street.

(Claudia Parsons; Editado en Español por Inés Guzmán)

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